Lago de Ilopango

Lago de Ilopango
El Salvador

miércoles, 28 de septiembre de 2011

60 minutos

—¿De dónde eres?— preguntó muy curiosamente, mientras me miraba con una cierta cara de confusión, puesto que al escucharme hablar sabía que mi acento no era muy castellano.

—Soy de El Salvador— respondí, teniendo en mente que era muy probable que él nunca hubiese escuchado sobre mi país, y en caso de haber escuchado algo, lo más probable es que hubiese sido algo negativo.
Giró la cabeza nuevamente, y enseguida me dijo que solamente sabía dónde quedaba y otras cuantas cosas que había escuchado por ahí, pero noté que había cierta inquietud en su voz, algo quería preguntarme pero no sabía si era apropiado, o si yo lo tomaría a mal. Finalmente se animó y me dijo:

—Pero si no tienes ningún rasgo típico de salvadoreña, aparte del acento, nunca hubiera pensado que fueses de ahí.

Empecé así, a contarle un poco sobre mi vida, mientras esperábamos sentados en una banca a que llegara el tren. Faltaba una hora.

—Para que se pueda situar históricamente, le contaré un poco el contexto de los hechos que ocurrían en mi país en el año 1991, año en que yo nací. El Salvador tuvo un conflicto armado, en el cual luchaban los guerrilleros, por imponer un régimen de izquierda que eliminara las diferencias sociales que marcaban y hundían al país, contra los militares, quienes luchaban para seguir con un régimen de derecha. Este conflicto armado tuvo como día-D una ofensiva final en 1989, año en que se suspendió el fuego. Pero, no fue hasta el año 1992 cuando se firmaron los Acuerdos de Paz que finalizaron por completo el conflicto armado.

Yo nací el 19 de marzo de 1991, hija de Eugenia, salvadoreña, y Antonio español, siendo así la mayor de tres hermanos, Cristina y Rodrigo. A los cuatro años, comencé el colegio, yendo a la Escuela Americana de El Salvador, donde estuve por 14 años de mi vida hasta que me gradué en el año 2009. Los años de colegio, así como la educación que recibía en casa, me formaron bastante como persona. Los años de colegio los disfrute en todo sentido: con mis amigas, en el equipo de futbol en el que participaba y jugábamos torneos, y también durante estos años aprendí cosas importantes como el triunfo en cuanto a las buenas notas, pero también el fracaso en cuanto a la aceptación a la sociedad de honores. Esto me hizo reflexionar y cambiar aquellos defectos que no me beneficiaban. Finalmente, me gradué del colegio en el año 2009, con honores y top 10 de mi clase, y entré a la Universidad de Navarra, adonde actualmente sigo estudiando en tercero de carrera.

Antes de haber comenzado la universidad, estuve haciendo varias pasantías, dos veces en el departamento legal de una empresa inmobiliaria y constructora, y la última en un despacho de abogados, para ver si realmente eso era lo que quería estudiar, y indudablemente sí, pues sigo estudiando Derecho y espero graduarme en 2013 para poder realizarme profesionalmente.

Varias veces a lo largo de la historia el señor me hizo preguntas de las cosas que le estaba contando sobre mi vida, pero me impactó sobre todo la última, que fue en relación a mi futuro. Siempre he soñado con poder trabajar en una compañía multinacional o incluso una organización internacional, siempre en el ámbito del Derecho privado, pero nunca me había planteado no volver a vivir en El Salvador.

A lo que yo le respondí diciendo:

 —Para mí, El Salvador es todo; es mi familia, es mi país natal, es donde están las personas y amigos que más quiero, y sé que al graduarme no voy a regresar directamente a vivir ahí. En un futuro sí deseo poder trabajar y formar una familia en el mismo lugar donde yo me crié. Lo único que me  lo impide es la situación social y económica en estos momentos, pues no es la más prometedora o atractiva para mí, y sé que si quiero lograr mi sueño profesional, tendré muchas oportunidades de trabajo en el extranjero y en un futuro formar una familia.

Al terminar, el señor me sonrió y me dijo:

—Te deseo lo mejor en todas las cosas que quieras lograr en un futuro. Con esfuerzo y trabajo se logran muchas cosas, pero con amor y amistad se logra todo.

El tren se aproximaba. Era hora de subir.

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